UNIVERSIDAD
AMAZÓNICA DE PANDO
ÁREA
DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANÍSTICAS
COMUNICACIÓN SOCIAL
Psicología de la Comunicación
LA PERSONALIDAD
Universitario:
Franz Pascual Yanahuaya
Franklin Pascual
Yanahuaya
DOCENTE:
Eguy Tangora
Cobija
– Pando – Bolivia
2017
La
personalidad
está formada por una serie de características que utilizamos para
describirnos y que se encuentran integradas mediante lo que llamamos el yo o
"sí mismo" formando una unidad coherente.
Entre
estas características se encuentra lo que en psicología se denominan rasgos
(como agresividad, sumisión, sociabilidad, sensibilidad) conjuntos de rasgos
(como extroversión o introversión), y otros aspectos que las personas utilizan
para describirse, como sus deseos, motivaciones, emociones, sentimientos y
mecanismos para afrontar la vida.
Es decir,
la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e
interpretamos la realidad.
La
personalidad a través del tiempo. Estabilidad y cambio
En buena
parte, la personalidad está determinada por los genes, que nos proporcionan una
gran variedad de predisposiciones. Pero el ambiente y las experiencias de la
vida (padres, sociedad, amistades, cultura, etc.) se ocupan de moldear todas
esas posibilidades en una dirección u otra. Por tanto, aunque podamos cambiar
nuestra forma de ser, lo hacemos en base a esas características de personalidad
con las que hemos venido al mundo.
Generalmente,
existe una tendencia a comportarse a través del tiempo de una forma
determinada, pero esto no quiere decir que una persona se comporte de ese modo
en todos los casos. Por ejemplo, si decimos que una persona es introvertida,
significa que lo es la mayor parte del tiempo, pero no en todas las ocasiones.
Los estados de ánimo influyen también en el comportamiento, de modo que una
persona puede variar en función de sus cambios de humor. Sin embargo, y como
veremos más adelante, esta variabilidad es un indicio de buena salud psicológica
(siempre que no sea extrema), ya que indica la existencia de una personalidad
flexible, capaz de adaptarse a distintas situaciones.
Nuestro
concepto de nosotros mismos
Un
aspecto muy importante de nuestra personalidad es la forma en que nos vemos a
nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Dos personas diferentes pueden
interpretar la realidad de forma distinta. Al observar un bosque a lo lejos
ambas coincidirán en que allí hay árboles y montañas, pero mientras una de ellas
puede ver un lugar lleno de peligro, la otra puede estar viendo un paraíso en
el que le gustaría perderse durante varios días.
Las
personas reaccionan al mundo de acuerdo a su modo de percibirlo. La
personalidad determina ese modo de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos,
pero, al mismo tiempo, la manera de vernos a nosotros mismos influye en nuestra
personalidad. Por ejemplo, si varias personas le dicen a un niño que es muy
inteligente, es muy probable que piense de sí mismo que lo es, mientras que si
le dicen lo contrario llegará a considerarse una persona poco inteligente. Esto
es debido a que es difícil comprobar si somos o no inteligentes (mientras que
es bastante fácil comprobar, por ejemplo, la fuerza física). Por este motivo,
muchas veces recurrimos a los demás para definirnos, basándonos en la opinión
que otros tienen de nosotros. En otras ocasiones nos describimos tomando a los
demás como punto de referencia. Si alguien nos dice "soy un
dormilón", lo que nos está diciendo es que duerme más horas que la mayoría
de las personas.
Psicopatología y trastornos de
personalidad
Como
hemos visto, las personas que se resisten a ajustar su auto concepto a la
realidad tienen mayores probabilidades de padecer algún tipo de psicopatología.
Una forma de ser demasiado rígida e inflexible está menos dispuesta a hacer
dichos ajustes. De este modo, vemos cómo la personalidad ejerce una gran
influencia en la existencia de problemas emocionales. De hecho, la mayoría de
las personas con trastornos psicológicos tienen dificultades cuyo origen está,
al menos en parte, en ciertas características de su personalidad. La forma que
tenemos de vernos a nosotros mismos, al mundo y a los demás puede estar
produciéndonos problemas y sufrimiento.
Las
personas deprimidas, por ejemplo, se ven como individuos sin valor a los que
nadie quiere; interpretan comportamientos neutros como rechazo, desprecio, etc.
Suelen dar gran énfasis a los acontecimientos negativos y casi excluyen los
positivos.
La
personalidad sana
La personalidad
psicológicamente sana y equilibrada tiene las siguientes características:
- Es flexible. Se trata de
personas que saben reaccionar ante las situaciones y ante los demás de
diversas formas. Es decir, poseen un repertorio amplio de conductas y utilizan
una u otra para adaptarse a las exigencias de la vida, en vez de
comportarse de un modo rígido e inflexible.
- Lleva una vida más variada,
realizando diversas actividades, en vez de centrar su vida alrededor de un
mismo tema.
- Es capaz de tolerar las situaciones
de presión y enfrentarse a ellas y no se viene abajo ante las dificultades
y contratiempos.
- Su forma de verse a sí
misma, al mundo y a los demás se ajusta bastante a la realidad.
Evaluación
de la personalidad
En
algunos aspectos, medir la personalidad, se asemeja mucho a evaluar la inteligencia
En uno u otro caso se intenta cuantificar algo que no podemos ver ni tocar, y
en ambos casos una buena prueba ha de ser confiable y valida a la vez.
Al
evaluar la personalidad, no nos interesa la mejor conducta, lo que queremos
averiguar es la conducta típica del sujeto, es decir, como suele comportarse en
situaciones ordinarias.
Cada vez que un psicólogo se
enfrenta a la difícil tarea de medir la personalidad de un individuo, asumen un
reto ya que la personalidad es algo que ellos no pueden ni ver ni tocar, pero
que saben que está presente en cada una de las persona, y tratar de ver como es
la personalidad de un individuo en particular no es tarea fácil para los mismos.
Autoestima
No existe
un concepto único sobre Autoestima, más bien hay diferentes formas de entender
lo que significa. Como todo, el significado de Autoestima puede entenderse a
partir de varios niveles, el energético y el psicológico.
Desde el
punto de vista energético, se entiende que:
Autoestima
es la fuerza innata que impulsa al organismo hacia la vida, hacia la
ejecución armónica de todas sus funciones y hacia su desarrollo que
le dota de organización y direccionalidad en todas sus funciones y procesos,
ya sean éstos cognitivos, emocionales o motores.
De aquí
se desprende:
_ Existe
una fuerza primaria que nos impulsa hacia la vida.
_ Esa
fuerza posibilita la realización de las funciones orgánicas armónicamente.
_ Esa
fuerza nos permite desarrollarnos.
_ Esa
fuerza nos permite tener una organización, una estructura.
_ Esa
fuerza es responsable de nuestros procesos de funcionamiento, y tiene que ver
con nuestros pensamientos, nuestros estados emocionales y nuestros actos.
Desde el
punto de vista psicológico, puede decirse que:
De aquí
se desprende lo siguiente:
_ La
Autoestima es una disposición, un contenido, un recurso natural en el ser
humano.
_ La
Autoestima es desarrollable.
_ La
Autoestima sólo existe relacionada con la experiencia de la vida.
_ La
Autoestima está relacionada con el hecho de estar conscientes de nuestras
potencialidades y necesidades.
_ La
Autoestima está relacionada con la confianza en uno mismo.
_ Existen
necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.
_ La
Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.
_ La
Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el
bienestar general.
_ Podemos
tener limitaciones y a pesar de ello tener Autoestima.
_ Los eventos
externos, las contingencias, no necesariamente deben afectar nuestra
Autoestima., al menos no de manera estable o permanente.
Otros
conceptos de Autoestima, relacionados de alguna forma con los que ya hemos
expuesto arriba, sugieren que:
_ Es el
juicio que hago de mi mismo.
_ La
sensación de que encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.
_ La
convicción de que con lo que soy basta para funcionar; que no tengo que
incorporar nada nuevo a mi vida, sino reconocer aspectos de mí que no he
concientizado, para luego integrarlos.
_ La
reputación que tengo ante mí mismo.
Para efectos
de facilitar la comprensión de todo lo expresado anteriormente, asumiremos que
la Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo
vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos
más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo
lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando
sólo podemos amarnos a nosotros mismos. Por eso utilizaremos expresiones como
aumentar, elevar o desarrollar la Autoestima, para aludir al hecho de que
alguien pueda mejorar en los aspectos citados.
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