miércoles, 7 de febrero de 2018

La personalidad

UNIVERSIDAD AMAZÓNICA DE PANDO
ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANÍSTICAS
 COMUNICACIÓN SOCIAL 


Psicología de la Comunicación

LA PERSONALIDAD


Universitario: Franz Pascual Yanahuaya
                              Franklin Pascual Yanahuaya


DOCENTE: Eguy Tangora
Cobija – Pando – Bolivia
2017

La personalidad 

está formada por una serie de características que utilizamos para describirnos y que se encuentran integradas mediante lo que llamamos el yo o "sí mismo" formando una unidad coherente.
Entre estas características se encuentra lo que en psicología se denominan rasgos (como agresividad, sumisión, sociabilidad, sensibilidad) conjuntos de rasgos (como extroversión o introversión), y otros aspectos que las personas utilizan para describirse, como sus deseos, motivaciones, emociones, sentimientos y mecanismos para afrontar la vida.
Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad.

La personalidad a través del tiempo. Estabilidad y cambio

En buena parte, la personalidad está determinada por los genes, que nos proporcionan una gran variedad de predisposiciones. Pero el ambiente y las experiencias de la vida (padres, sociedad, amistades, cultura, etc.) se ocupan de moldear todas esas posibilidades en una dirección u otra. Por tanto, aunque podamos cambiar nuestra forma de ser, lo hacemos en base a esas características de personalidad con las que hemos venido al mundo.
Generalmente, existe una tendencia a comportarse a través del tiempo de una forma determinada, pero esto no quiere decir que una persona se comporte de ese modo en todos los casos. Por ejemplo, si decimos que una persona es introvertida, significa que lo es la mayor parte del tiempo, pero no en todas las ocasiones. Los estados de ánimo influyen también en el comportamiento, de modo que una persona puede variar en función de sus cambios de humor. Sin embargo, y como veremos más adelante, esta variabilidad es un indicio de buena salud psicológica (siempre que no sea extrema), ya que indica la existencia de una personalidad flexible, capaz de adaptarse a distintas situaciones.

Nuestro concepto de nosotros mismos

Un aspecto muy importante de nuestra personalidad es la forma en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Dos personas diferentes pueden interpretar la realidad de forma distinta. Al observar un bosque a lo lejos ambas coincidirán en que allí hay árboles y montañas, pero mientras una de ellas puede ver un lugar lleno de peligro, la otra puede estar viendo un paraíso en el que le gustaría perderse durante varios días.
Las personas reaccionan al mundo de acuerdo a su modo de percibirlo. La personalidad determina ese modo de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos, pero, al mismo tiempo, la manera de vernos a nosotros mismos influye en nuestra personalidad. Por ejemplo, si varias personas le dicen a un niño que es muy inteligente, es muy probable que piense de sí mismo que lo es, mientras que si le dicen lo contrario llegará a considerarse una persona poco inteligente. Esto es debido a que es difícil comprobar si somos o no inteligentes (mientras que es bastante fácil comprobar, por ejemplo, la fuerza física). Por este motivo, muchas veces recurrimos a los demás para definirnos, basándonos en la opinión que otros tienen de nosotros. En otras ocasiones nos describimos tomando a los demás como punto de referencia. Si alguien nos dice "soy un dormilón", lo que nos está diciendo es que duerme más horas que la mayoría de las personas.

Psicopatología y trastornos de personalidad
Como hemos visto, las personas que se resisten a ajustar su auto concepto a la realidad tienen mayores probabilidades de padecer algún tipo de psicopatología. Una forma de ser demasiado rígida e inflexible está menos dispuesta a hacer dichos ajustes. De este modo, vemos cómo la personalidad ejerce una gran influencia en la existencia de problemas emocionales. De hecho, la mayoría de las personas con trastornos psicológicos tienen dificultades cuyo origen está, al menos en parte, en ciertas características de su personalidad. La forma que tenemos de vernos a nosotros mismos, al mundo y a los demás puede estar produciéndonos problemas y sufrimiento.
Las personas deprimidas, por ejemplo, se ven como individuos sin valor a los que nadie quiere; interpretan comportamientos neutros como rechazo, desprecio, etc. Suelen dar gran énfasis a los acontecimientos negativos y casi excluyen los positivos.

La personalidad sana

La personalidad psicológicamente sana y equilibrada tiene las siguientes características:
  • Es flexible. Se trata de personas que saben reaccionar ante las situaciones y ante los demás de diversas formas. Es decir, poseen un repertorio amplio de conductas y utilizan una u otra para adaptarse a las exigencias de la vida, en vez de comportarse de un modo rígido e inflexible.
  • Lleva una vida más variada, realizando diversas actividades, en vez de centrar su vida alrededor de un mismo tema.
  • Es capaz de tolerar las situaciones de presión y enfrentarse a ellas y no se viene abajo ante las dificultades y contratiempos.
  • Su forma de verse a sí misma, al mundo y a los demás se ajusta bastante a la realidad.
Evaluación de la personalidad

En algunos aspectos, medir la personalidad, se asemeja mucho a evaluar la inteligencia En uno u otro caso se intenta cuantificar algo que no podemos ver ni tocar, y en ambos casos una buena prueba ha de ser confiable y valida a la vez.
Al evaluar la personalidad, no nos interesa la mejor conducta, lo que queremos averiguar es la conducta típica del sujeto, es decir, como suele comportarse en situaciones ordinarias.

Cada vez que un psicólogo se enfrenta a la difícil tarea de medir la personalidad de un individuo, asumen un reto ya que la personalidad es algo que ellos no pueden ni ver ni tocar, pero que saben que está presente en cada una de las persona, y tratar de ver como es la personalidad de un individuo en particular no es tarea fácil para los mismos.


Autoestima

No existe un concepto único sobre Autoestima, más bien hay diferentes formas de entender lo que significa. Como todo, el significado de Autoestima puede entenderse a partir de varios niveles, el energético y el psicológico.
Desde el punto de vista energético, se entiende que:
Autoestima es la fuerza innata que impulsa al organismo hacia la vida, hacia la ejecución armónica de todas sus funciones y hacia su desarrollo que le dota de organización y direccionalidad en todas sus funciones y procesos, ya sean éstos cognitivos, emocionales o motores.
De aquí se desprende:
_ Existe una fuerza primaria que nos impulsa hacia la vida.
_ Esa fuerza posibilita la realización de las funciones orgánicas armónicamente.
_ Esa fuerza nos permite desarrollarnos.
_ Esa fuerza nos permite tener una organización, una estructura.
_ Esa fuerza es responsable de nuestros procesos de funcionamiento, y tiene que ver con nuestros pensamientos, nuestros estados emocionales y nuestros actos.
Desde el punto de vista psicológico, puede decirse que:
Autoestima es la capacidad desarrollable de experimentar la existencia, conscientes de nuestro potencial y nuestras necesidades reales; de amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos, independientemente de las limitaciones que podamos tener o de las circunstancias externas generadas por los distintos contextos en los que nos corresponda interactuar.
De aquí se desprende lo siguiente:
_ La Autoestima es una disposición, un contenido, un recurso natural en el ser humano.
_ La Autoestima es desarrollable.
_ La Autoestima sólo existe relacionada con la experiencia de la vida.
_ La Autoestima está relacionada con el hecho de estar conscientes de nuestras potencialidades y necesidades.
_ La Autoestima está relacionada con la confianza en uno mismo.
_ Existen necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.
_ La Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.
_ La Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el bienestar general.
_ Podemos tener limitaciones y a pesar de ello tener Autoestima.
_ Los eventos externos, las contingencias, no necesariamente deben afectar nuestra Autoestima., al menos no de manera estable o permanente.
Otros conceptos de Autoestima, relacionados de alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:
_ Es el juicio que hago de mi mismo.
_ La sensación de que encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.
_ La convicción de que con lo que soy basta para funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi vida, sino reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego integrarlos.
_ La reputación que tengo ante mí mismo.

Para efectos de facilitar la comprensión de todo lo expresado anteriormente, asumiremos que la Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando sólo podemos amarnos a nosotros mismos. Por eso utilizaremos expresiones como aumentar, elevar o desarrollar la Autoestima, para aludir al hecho de que alguien pueda mejorar en los aspectos citados.

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